Este libro de aforismos de Mario Pérez Antolín, que se estrena en lides reflexivas en este arriesgado género que es el aforismo, no decepciona al lector. Está lleno de chispazos de inteligencia y sabiduría que acreditan el oficio del que escribe. Creo que es un acierto de esta editorial de Enrique Murillo, ambiciosa en su intención aunque de formato pequeño, haber publicado este texto en el que se alternan percepciones atinadas, críticas, del mundo en que vivimos, el mundo de este inicio de milenio, posterior al grande y terrible evento de las \"Torres Gemelas\", con reflexiones propias de una mentalidad y de una sensibilidad humanista, con buen conocimiento de la historia, del arte y de las tradiciones morales.
La lectura es apasionante, los aforismos disparan sus luminarias, alternándose de manera rítmica y acompasada los más extensos y los más intensos, el formato específico del aforismo nietzscheano, que es un ensayo en miniatura, con la saeta, la máxima, el epigrama. Hay también auténticos pequeños poemas en prosa. El autor conoce bien las tradiciones aforísticas y se abre camino con competencia, nobleza y sentido de la medida. He disfrutando leyendo estas páginas. Cuando se comienzan es difícil desprenderse de ellas.
El lector hará bien en leer el libro de forma esférica, dejando que ruede la bola de papel sobre la mesa, apareciendo éste o aquél aforismo en primer plano. Pero yo le recomendaría seguir puntualmente el orden fijado por el autor, que por algo es el que es, y que permite saborear el ritmo y la armonía interna de este texto. Es un buen estreno en el terreno de las letras reflexivas, aquéllas de las que más necesitados estamos en nuestra lengua.
EUGENIO TRÍAS