Mario Pérez Antolín

Mario Pérez Antolín

Textos

Fragmento de Mínima esencia

  • El amor nos anestesia el costado por el que entra la espada del desamor. * Lo bueno de las causas perdidas es que nunca se pueden echar a perder. * Desde el púlpito, los dogmas caen como bombas de precisión sobre la población indefensa. * Con la primera mentira acaba la infancia, con la primera nostalgia empieza la vejez. * ¿Qué tendrá el prestigi...

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Fragmento de La serenidad por fin

  • Que me quieran los íntimos, que me estimen los allegados y que no me incordien los demás: a esto se reduce la socialización. * En la naturaleza nada desentona, ni siquiera la catástrofe natural. * Cada cual, con su pesar: el docto, con los límites del conocimiento; el santo, con los instintos pecaminosos; el líder, con la ambición desmedida; y qu...

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Capítulo de Vida de ermitaño

  • EL ERMITAÑO PARTICIPA EN UNA PARRANDA CASI SIN PROPONÉRSELO Cuando el día se acorta y el frío se siente, dan ganas, por un lado, de refugiarse dentro del hogar y, por el otro, de alargar los paseos para aprovechar lo poco que va quedando de solecito antes de que llegue el crudo invierno con sus ventiscas y sus nevadas. En esa disyuntiva me encont...

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Fragmento de Cada vez que muero

  • ODA SINFÓNICALa madera contra la madera, si está verde, suena a estremecimiento de parturienta en una habitación vacía y, si está seca, suena a choque de carneros que retumba por la red de alcantarillado de los cuentos de hadas. Así comienza esta composición que no precisa músicos ni director ni público, porque surge de lo silente.Gutural in ...

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Fragmento de Contrariedades

  • Mi madre nunca me soltaba dentro de la barca. Ahora, esta mujer con una cruz roja en el chaleco también me abraza como si fuera su hijo. Reparten mantas y no pegan. Yo quiero volver a casa para jugar con mis primos. Tengo miedo del mar porque se enfada sin motivo. Mi madre decía que nos esperaban cosas buenas al final del camino. Ojalá. De momento, ...

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Fragmento de Crudeza

  • La esperanza es como ese cartucho de fogueo que ponen en uno de los rifles del pelotón de fusilamiento para que algún soldado tenga la remota posibilidad de no haber contribuido, con su disparo, a la muerte del ajusticiado. La esperanza es una incógnita que nos deja suponer que tal vez merezcamos la esquiva salvación, la precaria incertidumbre de ...

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Fragmento de De nadie

  • NI TUYOIMenos muy menosalgo tan algorumbo a la nadadentro por dentro.Como una sístoleerre cual erresubo bajandobajo subiendo.Álzame plumacoge mi saltohazte una trenzacon la pestaña.Siempre serásalvo contigomete una estrelladonde la hubiere.IIEstas manos de pastorhan desollado millones de corderossin el consentimiento de Él.Se impuso la purificaci...

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Fragmento de Oscura lucidez

  • Sentimos admiración por unas creaciones que nos acomplejan. El orgullo, por ejemplo, de haber fabricado la calculadora, y la consiguiente decepción de no ser capaces de calcular como ella. * El cantero podría haber descuidado la factura de los relieves y ornamentos más altos de la catedral, ya que prácticamente nadie, en su época, iba a contemplarl...

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Fragmento de Yo eres tú

  •  EL SENTIDO DE LA VIDAQue el resultado de lanzar algunamoneda al aire del azar dependaparece algo bastante razonable. Que las posiciones de una partículase midan por la probabilidadpuede adaptarse a las certeras leyesdel infalible método científico. Que el árbol que derribó la tormentafuera fruto de la casualidadno deja de ser insignificante. Pero...

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Fragmento de Profanación del poder.

  • Hubo reyes que decidieron el día de una batalla dependiendo de lo que aconsejara el mapa del cielo, y otros, como Carlos II de Inglaterra, que consultaron al astrólogo para saber cuándo debían dirigirse al Parlamento.Las fases de la luna fijaban el momento en que sembrar un huerto o practicar una sangría. En el horóscopo encontraban muchos hombres es...

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Fragmento de La mas cruel de las certezas.

  • Se hacía de noche y teníamos que dejar Machu Picchu. Subimos al tren, que por alguna razón demoraba su partida. Al parecer, muchos campesinos pobres y vendedores ambulantes querían también acomodarse en los vagones, a pesar de no tener billetes. Bastantes vencieron la escasa resistencia de los revisores y la virulenta oposición de los pitucos, ocupan...

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